martes, 6 de abril de 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ

Como todos sabenos, este año nos encontramos en el Centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, lo que supone una oportunidad irrepetible de mostrar la riqueza de su legado, la cual viene de nuevo de la mano de nuestro querido director con el título de:

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ

El 28 de marzo de 1942, a la edad de 31 años, muere en Alicante Miguel Hernández “el poeta pastor”, “el poeta del pueblo”. Su desaparición a una edad tan temprana, nos priva de una producción literaria inacabada. La obra que nos deja, ha sido traducida a muchos idiomas y la letra de sus poemas ha servido y sirve para temas musicales de artistas como Jarcha, Joan Manuel Serrat, Alberto Cortez…
Miguel Hernández vive en el recuerdo de su obra, como ocurre con los grandes hombres y mujeres de la historia. Y es por ello que este colegio quiere rendirle homenaje al cumplirse el 100 aniversario de su nacimiento. Durante este trimestre estamos realizando diferentes actividades en torno a su vida y a su obra. En el mes de abril llevaremos a cabo un certamen poético cuyo eje central girará en torno a él, puesto que es un ejemplo a seguir por tantos valores como encarna: respeto por la naturaleza, esfuerzo y superación, amor por la libertad, compromiso social.
Miguel nace en Orihuela en el año 1910, en el seno de una familia humilde. Desde muy pequeño su padre le manda a pastorear cabras junto con su hermano Vicente. Aprende desde muy niño a fundirse con la tierra y el paisaje que le sirven de inspiración en sus primeros poemas.
A los nueve años comienza sus estudios y pronto destaca por sus buenos resultados académicos basados en el esfuerzo y la constancia. Ya en esta época muestra gran interés por la lectura.
A los quince años debido a una crisis económica por la que atraviesa su familia, el padre le saca de la escuela y vuelve al pastoreo. En la tarea de pastor, no abandona su afición por la lectura llevando consigo todos los días libros que lee cuando puede mientras realiza su trabajo de pastor. Cuando regresa al pueblo, visita la biblioteca particular del canónigo D. Luis Almarcha que sabiendo de su afición por la lectura, le permite hacer uso de ella. Pronto empieza a publicar sus primeros trabajos poéticos en las revista locales de Orihuela y Alicante.
A los 21 años realiza su primer viaje a Madrid. En la maleta lleva poemas y recortes de prensa de los periódicos locales donde escribe. Al no encontrar trabajo ni apoyo con su obra literaria, pronto tiene que regresar de nuevo al pueblo. A los 23 años publica su primer libro, Perito en lunas. Al año siguiente vuelve de nuevo a Madrid y en esta ocasión con más éxito. Conoce a poetas de la talla de Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. Poco a poco encuentra un hueco en el difícil mundo de la literatura.
A los 26 años publica un nuevo libro: El rayo que no cesa. En este trabajo refleja la visión de un mundo en profunda crisis por una parte y la temática amorosa y existencial por otra.
Comienza la guerra civil y fiel a sus ideas basadas en la defensa de los más desfavorecidos y su profundo sentido por la justicia social, se alinea con la causa republicana.
En 1937 regresa al pueblo para casarse con Josefina Manresa. Pronto tiene que dejar a su mujer para volver al frente. En este año publica Viento del pueblo, crónica del campo de batalla, poemas llenos de esperanza y nuevos tiempos mejores para todos. A finales de este año nace su primer hijo, Manuel Ramón que moriría diez meses después.
En 1938 comienza a escribir El hombre acecha, en el que hace un canto a la desesperanza influido por las experiencias vividas a lo largo de la guerra.
En 1939 nace su segundo hijo, Manuel Miguel al que le dedica un magistral poema titulado Nanas de la cebolla. Se inspira en una carta que le envía su mujer en la que le dice que lo único que tiene para comer es pan y cebollas.
Los últimos años de su vida los pasa de penal en penal: Huelva, Sevilla, Madrid, Palencia, Ocaña (Toledo), Alicante. La dureza de la vida carcelaria, las desgracias familiares, la ausencia de su mujer y su hijo…, hacen mella en su cuerpo y en su espíritu. Cada vez está más enfermo, contrae la tuberculosis y muere en 1942. En el cementerio de Alicante, en un sencillo nicho reposan sus restos. Hay una inscripción en la que se puede leer:
MIGUEL HERNÁNDEZ, POETA. 1910-1942.

José Manuel Marín Pérez.

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